Un sello que certifica la no utilización de ingredientes ni materias primas de origen animal
o que no hayan sido testados con animales

Los vinos de L’Olivera han obtenido, este año, la certificación vegana. Un sello que certifica que, en su elaboración, no se han utilizado ingredientes ni materias primas de origen animal ni tampoco que han sido testados con animales. Es, en realidad, un paso más para seguir caminando hacia una producción y elaboración más responsable y sostenible.

Pero, ¿qué es un vino vegano? Por naturaleza, el jugo de la uva, la madera, la bodega o las botellas son veganas, no se utiliza, en ellos, ningún producto animal. No obstante, la diferencia entre un vino vegano y un vino tradicional radica en la clarificación del vino, un proceso al que se somete el vino para limpiarlo y eliminar impurezas, restos de proteínas, levaduras y otras substancias que puedan enturbiar el vino en la fase previa al embotellado. Para la clarificación, se pueden utilizar productos de origen animal como la clara de huevo, la cola de pez o la caseína (proteína derivada de la leche). En estos casos, los vinos no son aptos para personas veganas o vegetarianas. Para que lo sean, el proceso de clarificación puede utilizar alternativas. En L’Olivera utilizamos la Bentonita, un mineral que es de los más utilizados en los vinos veganos. Se trata de polvo de arcilla que sirve igualmente para eliminar impurezas de los vinos, y que se utiliza normalmente en la producción de vinos blancos.

¿Un vino vegano debe ser ecológico? Son dos conceptos diferentes que pueden ser complementarios o no. La diferencia entre un vino ecológico y un vino vegano es que un vino ecológico puede contener ingredientes de origen animal o no, de la misma forma que un vino vegano puede elaborarse de forma ecológica o no.