Las escasas lluvias, combinado con unas temperaturas excepcionalmente elevadas, hacen avanzar la cosecha de la uva, que se prevé menor que la mediana de los últimos años pero con mucha sanidad.

Nunca antes la vendimia había empezado tan pronto como este año en Vallbona de les Monges. El martes, 16 de agosto, L’Olivera inició la campaña de cosecha. Eso es más de 15 días antes de lo habitual, hecho que convierte esta vendimia en la más temprana desde que L’Olivera empezó a elaborar vino, el año 1989.

Esto se debe, básicamente, a los escasos episodios de lluvia de este año y a las altas temperaturas de la primavera y el verano, que han derivado en situaciones de sequía extrema en la viña, en general en todo Catalunya. Eso ha hecho aumentar de forma drástica el estrés hídrico de las plantas, que ya venían estresadas desde invierno. En consecuencia, esto ha afectado a su desarrollo, dando como resultado una uva más pequeña y una maduración muy avanzada a causa, también, de la poca oscilación térmica entre día y noche en la temporada de primavera-verano en la subzona Valls del Riu Corb.

Se espera, pues, que la cosecha sea menor, de entre un 10 y un 15% menos. Como contrapartida, la escasa humedad ha hecho que la viña no se haya visto afectada por enfermedades fúngicas por lo que se espera mucha sanidad y una uva de mucha calidad.

Queda por ver cómo evoluciona la meteorología en los próximos días, que marcaran la evolución de la maduración de la uva y determinaran el volumen final de la vendimia 2022.

La vendimia en Can Calopa

En la viña de la masía Can Calopa de Dalt, en el Parque Natural de Collserola, en Barcelona, la situación es bastante similar. Las previsiones iniciales eran de una buena cosecha -gracias, en parte, por algunos episodios de lluvia durante el invierno-, pero un verano muy seco ha variado las previsiones: la uva se ha quedado pequeña y las maduraciones no son uniformes. Igual que en la zona de Costers del Segre, en Can Calopa la vendimia también se avanzará entre 10 y 15 días, sobre todo en algunas variedades como la Garnacha y el Merlot.

A todo esto hay que sumarle la presión de la fauna, sobre todo del jabalí, que desde hace años obliga ya a tomar medidas como la colocación de redes en la viña. Medidas, no obstante, que este año no han sido suficientes, ya que la avanzada maduración de la uva también ha propiciado la presencia de jabalís, tanto en Can Calopa como en la viña que L’Olivera gestiona en el Parque Agrario de Sabadell.

Con todo, se prevé que la vendimia será un poco más corta de lo habitual, con rendimientos más bajos pero con una buena sanidad de la uva.