El estudio barcelonés de diseño y dirección creativa CLASE ha sido el encargado de la nueva imagen del Vinyes de Barcelona, un vino que en la nueva cosecha 2016 se presenta renovado, tanto por fuera como por dentro.

El Vinyes de Barcelona es el único vino que se produce en la ciudad de Barcelona, concretamente en la masía de Can Calopa de Dalt, en la vertiente occidental de la sierra de Collserola. Es allí donde se cultiva la viña y se elabora el vino en una pequeña bodega rehabilitada, gestionada por L’Olivera desde 2010.

Las etiquetas del Vinyes de Barcelona siempre han sido uno de sus signos de identidad. Claret Serrahima, fundador de CLASE, uno de los diseñadores de más prestigio del Estado y con una estrecha vinculación con L’Olivera, fue quien diseñó las primeras etiquetas de este vino, conocidas por la letra “B” de artistas como Ràfols Casamada, Perico Pastor, Antoni Tàpies o Frederic Amat. Ahora, la cosecha 2016 de este vino llega al mercado con una nueva identidad, obra de Daniel Ayuso, socio y directivo creativo de Clase, que ha trasladado a la etiqueta una imagen rupturista y enfocada a una estrategia más social y visual de recuperación de las viñas.

“No se trata sólo de representar el vino, sino a la gente que lo hace posible” – Dani Ayuso, Clase bcn

Para Ayuso, “la nueva identidad, y por tanto la etiqueta, quiere ir más allá de una pieza estática o estética de comunicación para llegar a ser un retrato/relato que pueda evolucionar y comunicar de una forma más dinámica y continuada. No se trata sólo de representar el vino, sino a la gente que lo hace posible”. La agencia planteó y desarrolló un trabajo fotográfico fresco y directo, sin clichés ni disfraces, captando el entorno, la gente, la naturaleza, el paisaje suburbano, las herramientas y los procesos, y el ambiente donde se desarrolla todo el proyecto. Un documento vivo de los procesos de elaboración del vino y sus protagonistas.

A la búsqueda de un nuevo perfil del vino

Con la cosecha 2016 se inicia una nueva etapa del Vinyes de Barcelona, un nuevo concepto de imagen y una nueva identidad más contemporánea y vinculada al relato de este vino. Pero también se inicia una nueva etapa en el perfil del vino, renovado y fresco, manteniendo la agilidad y la acidez de un joven y la complejidad de un año en barrica de roble. Vendimiado a mano y fermentando cada variedad por separado con un délestage diario para el syrah y pigeage dos veces al día en el caso de la garnacha hasta media fermentación, arranca la fermentación maloláctica, y pasado el invierno, el vino hace la crianza en barricas de roble francés seminuevas durante 12 meses.

De la masía de Can Calopa salen cerca de 5000 botellas de este vino, que en sus inicios era sólo para uso institucional del Ayuntamiento, pero que desde el año 2017 se comenzó a comercializar bajo la marca Vinyes de Barcelona.